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Seguramente alguna vez te has encontrado en el dilema de si elegir un producto cosmético natural o uno que contenga químicos. Por un lado, nos venden los productos naturales como superiores ya que son “más puros” y beneficiosos para nuestra piel. Y, desde hace unos años, el marketing se ha encargado de crear esta imagen negativa sobre aquellos que contienen químicos, dándoles la imagen de ser dañinos o no ser efectivos.
Pero, la verdad es que ni todo lo químico es tóxico, ni todo lo natural es sano. Desde sus inicios, la cosmética y la química han sido grandes aliados, e indudablemente es una industria en donde la ciencia tiene mucho que ver y difícilmente podrán ser separados por completo.
Por ejemplo, elaborar una crema podría sonar fácil, pero no se trata tanto de la creación en sí sino de cuál es su propósito: ¿Es una crema hidratante? ¿para arrugas? ¿Para eliminar manchas? La función de cada una depende de la afinidad química entre sus componentes y su formulación.
Dicho esto, la efectividad de un producto depende de la efectividad entre componentes y no tanto en si son químicos o no. Algo tan sencillo como un jabón para eliminar grasa depende 100% de la reacción química, así como los tintes para el cabello y su capacidad de cambiar el color (independientemente de si son tintes naturales o no).
Hoy más que nunca, el mundo de la cosmética está rodeado de muchos mitos y medias verdades en torno al uso y rol de la química y los productos químicos. En CHEM FLUID nos encanta brindarte información útil que te permita tomar decisiones, así que hemos hecho este blog para hablarte acerca de algunos mitos sobre el uso de químicos en los cosméticos.
La cosmetología natural, también conocida como cosmética verde, en realidad no es mejor o peor que la cosmética convencional. De hecho, en algunas ocasiones lo que cambia es el origen de los ingredientes. Por ejemplo: la cosmética vegana está dirigida a un consumidor específico con unos hábitos de vida concretos, por ende su composición no contendrá ningún ingrediente derivado de origen animal como la lanolina.
En cuanto a los productos cosméticos ecológicos o naturales, la diferencia también radica en el origen de los ingredientes y la transformación química, pero no tiene NADA que ver con la efectividad del producto. Un producto puede ser natural pero no necesariamente efectivo para su propósito.
En otras palabras, cuando un producto cosmético dice que es natural, se refiere principalmente al origen de su materia prima. Pero cualquier ingrediente cosmético, ya sea natural o que contenga químicos, debe ser procesado para que pueda cumplir la función para la que ha sido creado.
Ten presente que el cosmético más adecuado para ti es aquel que mejor satisface tus necesidades específicas. Hay ingredientes que son altamente efectivos y son obtenidos por síntesis química, ya que este proceso permite aislar el componente de mayor potencia.
Además, existen cosméticos que no se pueden fabricar totalmente con ingredientes naturales, un ejemplo, son los protectores solares.
Esto es muy FALSO. Es verdad que cuando mencionamos cosmética y perfumería estos productos son los que primero vienen a nuestra mente, pero este mundo es mucho más variado; los champús, pastas dentales, jabones, aceites, desodorantes y mucho más, forman parte de esta industria.
Este es otro gran mito respaldado principalmente por el marketing, que con los años han vendido lo natural como “más sano”, pero no es necesariamente cierto. Como te decíamos hace un momento, que un producto cosmético sea natural no lo hace ni mejor ni peor, solo lo hace diferente.
De igual forma, todo depende del propósito del producto e incluso del tipo de piel. Por ejemplo: si una persona tiene una piel muy sensible, quizás sea más recomendable que use productos naturales ya que no contiene ingredientes químicos. Pero si una persona padece afecciones o alergias en la piel, lo más recomendable y efectivo será usar un producto cosmético convencional que pueda actuar de manera inmediata y solucionar el problema de raíz.
Una de las grandes ventajas del uso de químicos en cosméticos es que se conoce su composición al 100%. La cantidad de producto utilizado es muchísimo más precisa que un producto de origen natural, en donde su composición no es exacta y puede variar.
De hecho, hay que tener muy presente que para usar un químico en la producción de algún cosmético este ha debido pasar por un estricto control de seguridad, sin mencionar que para su comercialización, estos deben cumplir con reglamentos nacionales e internacionales para garantizar el bienestar de las personas e incluso del medio ambiente.
Ingredientes tales como las siliconas, los conservantes, parabenos y sulfatos han adquirido una mala fama de ser perjudiciales para la salud.
Pero la verdad es que para que tenga un efecto adverso requeriría una concentración altísima. Y, como mencionamos antes, todo va a depender del fin con el que se quiere usar un producto. Es injusto decir que un producto es bueno o malo juzgando únicamente su composición ya que el análisis debe ser más completo y profundo.
Un cosmético es un ecosistema perfecto para los microorganismos ya que tiene agua, materias grasas e incluso extractos vegetales.
El uso de conservantes (químicos) además de eliminar cualquier bacteria, extiende la duración del producto y por ende aumenta la seguridad de su uso. Aunque algunos cosméticos no necesitan conservantes, los fabricantes los incluyen junto a los antioxidantes para evitar la contaminación cruzada por mal eso, lo cual es bastante habitual.
Lamentablemente, si un producto está contaminado difícilmente lo podrás notar – a menos que tenga moho. Un producto contaminado puede producir problemas como dermatitis o infecciones en la piel porque degrada la fórmula y hace que pierda su efectividad.
Algo super importante que debemos mencionar es que no debemos confundir un producto natural con un remedio casero. En internet se ven tantas cosas y rutinas que no siempre están respaldadas o sustentadas. Por favor, evita los remedios caseros, especialmente aquellos que tienen como base el limón o el bicarbonato. Aunque pueden ser maravillosos como productos de limpieza para el hogar, no lo son para nuestra piel.
El limón tiene un pH demasiado ácido y el bicarbonato es muy alcalino. El uso prolongado de ellos va a terminar perjudicando el estado de la piel y porque debilitará su función de barrera protectora y el microbioma. ¿Qué significa esto? que pueden presentarse desde irritaciones e inflamaciones hasta manchas o quemaduras por la exposición al sol.
Este tema es super extenso y definitivamente en internet encontrarás tanta información como te imagines. Por supuesto, muchas de ellas estarán defendiendo un punto y contando muchos más mitos y verdades que los que encuentras en este blog. Pero creemos que, como en todo, la clave radica en investigar, fiarte de información respaldada con hechos, opiniones de expertos y por supuesto lo mejor que puedes hacer es leer las etiquetas de los productos que quieres comprar; esto no sólo para ver los ingredientes sino la composición y porcentajes de cada uno.
Puede ser que parezca algo complicado, pero es mejor hacer un poco de “tarea” y tomar una decisión informada y adecuada para ti. Más que nada porque los milagros en cosmética no existen… Muchas veces las expectativas que tenemos no son realidad y esto se debe (en gran parte) a las estrategias de marketing.
En Chems Fluid confiamos en la ciencia y apostamos por ofrecer materiales químicos seguros y de alta calidad para la elaboración de productos para el cuidado de la piel, cabello, productos dentales, perfumería y mucho más.